La maravilla de las pestañas es que si no tenés ganas de maquillarte, te ponés un poco de máscara y te cambia la cara. En el post de hoy les cuento mi experiencia y opinión con las extensiones.
Elegí el sistema de extensiones colocadas una a una (que significa que sobre cada pestaña adhiere una postiza). Se utiliza un adhesivo de grado médico, hipoalergénico y en color negro, súper seguro.
Para colocarse los postizos es requisito tener pestañas, lo que no es dato menor, porque muchas personas que atraviesan por tratamientos donde se les cae el pelo no pueden hacer este tipo de extensiones (aunque hay otros métodos). Se colocan a 2 milimetros de la raíz.
Hay tres tipos de postizos: de seda, cashmere y mink, con tres acabados diferentes. También hay diferentes curvaturas, longitudes y espesores, todo depende del gusto de cada una. Las mías son las de seda, bien naturales.
Para la colocación es necesario tener paciencia porque el proceso tarda 1 hora
aproximadamente. El resultado bien vale la pena: la mirada queda abierta y ya no es necesario maquillarse porque las pestañas hacen que tu cara se vea maravillosa.
Si ven las fotos del antes y del después se darán cuenta que el cambio es evidente, a pesar de haber pedido un resultado natural (si quieren algo más intenso busquen el Volumen Ruso). Conseguí volumen, largo, grosor y una mirada increíble.
Ahora vamos a lo que interesa: estas extensiones son impermeables, pueden durar hasta 60 días según el ciclo de crecimiento y renovación de la pestaña. Pestaña que se cae, se lleva extensión consigo. También puede pasar que al tocarse mucho los ojos se despeguen.
No se recomienda usar máscara de pestañas waterproof o limpiadoras al aceite, porque aflojan el pegamento. Reconozco que es un tema despertarse y mirar la almohada buscando una extensión.
El mantenimiento en el día a día es simple: no te las toques mucho, peinalas de vez en cuando y ojo cuando te laves la cara (¡me pinché con mis pestañas!); limpialas mejor con desmaquillante, pero sin refregar. Nada de bifásicos ni productos que remuevan productos waterproof porque aflojan el pegamento. Las primeras 12-24 horas no deberían mojarlas.
Hasta ahora, a una semana de habérmelas puesto, perdí alguna que otra del ojo izquierdo porque influye el lado del que dormís. Lo bueno es que se salió el postizo pero no mi pestaña.
El mantenimiento se hace cada 30 días mínimo. Y no, no podés ir a
pegarte una sola pestaña que se cayó, hay que ser fuerte y aguantar.
Se ven naturales y no parecen postizas, aguantan cualquier primer plano. Chau máscara de pestañas, no te extraño ni un segundo.
Otro punto a tener en cuenta: El mantenimiento es más barato porque se reponen las que se cayeron.
Mis impresiones finales después de llevarlas durante más de 1 mes:
- Lo que más me impresionó fue lavarme la cara, las extensiones se me "clavaban" en las raíces y me molestaba bastante. Eso ayudó a que no me lavara tanto, sino más bien a que limpiara el rostro y los ojos con productos específicos y donde no tuviera que masajear.
- Con cada lavada perdía una o dos extensiones. Sad but true.
- En la primera semana se empezaron a caer extensiones, pero mis pestañas seguían ahí, así que es mentira que te podés quedar con el ojo sin pelo. Lo que queda feo es que si, por ejemplo, dormis apoyada sobre tu derecha, las extensiones de ese ojo se van a caer más rápido... y llega un momento en el que tenés más pestañas de un lado que del otro.
- Llegado ese momento, decidí que me las quería sacar. Sé que estuve mal, pero decidí hacerlo por las mías; lo bueno es que las extensiones salieron rápido y mis pestañas se mantuvieron en mis ojos.
- La mayor cantidad de pestañas se cayeron antes de cumplir un mes. Las cuidé con todo mi empeño, pero por lo visto necesitan mucho más cuidado del que yo les pude dar.
- El mantenimiento será barato, pero requieren mucha atención y volver al gabinete a que te peguen lo que se cayó. No queda lindo andar con un ojo con 3 pestañas largas y el resto cortitas.
Lo que más me impresionó fue la sensación de clavarme el pelo al lavarme la cara y la angustia de ver algún pelo en mi almohada.
Mi vida es un constante ir y venir, sin horarios fijos, así que hacerme un espacio para ir a pegarme pestañas es bastante complicado. Y no puedo tolerar agujeros donde falte pelo largo, así que lamentablemente las extensiones no son para mi, porque no sé si podría aguantar por mucho tiempo hasta hacer el mantenimiento y me sentiría esclava del servicio.