Allá por el 2005 se hablaba mucho sobre el genoma humano. Se pensaba que decodificando
los genes íbamos a poder entender las enfermedades crónicas y el cáncer en el
ser humano. Pero nada de esto fue así. El genoma sólo logró explicar el 25% de
las enfermedades… y desde ese momento la duda fue otra: el otro 75% ¿de dónde
viene?
¿Qué es el Exposoma?
Con esa pregunta, el Dr. Christopher Wild, epidemiólogo molecular,
desarrolló el concepto de exposoma,
que se refiere a todos los factores de exposición de las personas desde que
nacen hasta que mueren, una medida acumulativa de las influencias del entorno. Una persona está expuesta a sustancias químicas,
radiación, calor/frío, stress, alimentación, actividades, comportamientos de
salud que repercuten en su vida.
Si tenemos en cuenta que la piel es la barrera que nos protege frente al mundo y que los cosméticos que usamos también forman parte del
exposoma, no es para sorprenderse que Vichy preste tanta atención a esta teoría. El 80% de los signos visibles de envejecimiento prematuro (o no) de la piel se dan por un contacto con el entorno, forma de vida, etc. Sólo el 20% es genética.
En los años 80, el estudio del exposoma para Vichy se centraba en como los rayos UV impactaban en la salud de la piel. En los 90, el clima, stress y alimentación. En el 2000, el estudio se centró en la polución; en el 2010 en los fumadores pasivos. Y en 2016 en la foto-polución, que sería una sinergía entre los rayos UV y la polución para dañar la piel de forma conjunta.
Los factores externos que envejecen nuestra piel.
Según estudios de Laboratorios Vichy, hay varios factores externos de envejecimiento, que si los repasamos vamos a encontrar que nos enfrentamos a ellos todos los días:
- Los
rayos UVB y UVA penetran profundamente en la piel y pueden generar quemaduras y
hasta melanomas. También la luz visible puede inducir pigmentación en fototipos
III y IV, lo que genera manchas y envejecimiento. No menos importante es la
acción de la luz infrarroja, entre ellas la A, que genera degradación del
colágeno y elastina.
- Las partículas de polución (hollín, plomo, ozono, azufre, dióxido de nitrógeno, entre otros) se filtran en las capas de la
epidermis, causando inflamación, descomponiendo el colágeno y la capa lipídica
de la piel, por lo que debilita su función de barrera, genera deshidratación y
posibilidad que penetren las bacterias generando infecciones. Estas partículas también generan un aumento en la pigmentación, que se ve reflejado en manchas y una piel poco uniforme.
- El tabaco, con más de 3800 sustancias dañinas, genera un stress oxidativo que no sólo aumenta el envejecimiento prematuro y degrada el colágeno propio de la piel. También activa la melanogénesis y provoca manchas. Tiene un efecto sinérgico con los rayos UVA para dañar la piel. Reduce el flujo sanguíneo cutáneo (piel opaca), aumenta la formación de arrugas peribucales y altera la cicatrización.
- Una dieta
pobre en antioxidantes, con grasas y azúcares, estimula la creación de radicales libres en las células
corporales, lo que también genera envejecimiento.
- El stress, dormir mal y estar cansado vuelven a la piel más sensible y reactiva por un aumento del cortisol, inflamándola con más frecuencia y aumentando la posibilidad de tener desórdenes cutáneos (eczema, psoriasis, rosácea). La fatiga genera ojeras, bolsas, arrugas marcadas, textura con líneas de expresión más profundas, falta de tonicidad.
- El
uso de algunos cosméticos que pueden degradar la función de barrera de la piel,
dejándola desprotegida frente a las agresiones del medioambiente. Cambiar el pH de la piel puede generar irritaciones, que resultan en un envejecimiento prematuro, manchas, etc.

¿Cómo luchamos contra el Exposoma?
Para luchar contra el
exposoma, Ann Bouloc, Directora Médica de Vichy, nos recomienda tener en cuenta estos puntos:
- Una
limpieza muy suave de toda la piel a la mañana para no debilitar la barrera
cutánea y otra buena
limpieza a la noche para remover las partículas de contaminación de la piel que
se fueron acumulando durante el día, pero sin agredirla con productos abrasivos.
- Utilizar agua termal para reequilibrar el pH de la piel, calmándola, aportándole antioxidantes y aumentando sus defensas naturales.
- Usar
cosméticos que protejan y estimulen la función de barrera de la piel.
- Si vemos rojeces, utilizar un producto con efecto calmante, que estimule la retención de agua.
- Usar
fotoprotectores que contengan filtros UVA, ya que estos rayos son los que no se
sienten sobre la piel pero son los más nocivos. Si tu
piel tiene manchas, usar un fotoprotector con color para evitar una
hiperpigmentación.
- Tener
una dieta rica en antioxidantes, eligiendo comida que tenga variedad de colores
intensos como el rojo, violeta, naranja, etc.
- Utilizar cosméticos hipoalergénicos y con una lista limitada de activos, libres de parabenos y agregados agresivos.
- No
fumar también es importante para tu piel, porque se degrada el colágeno y la
elastina.
- Tener
un buen descanso a la noche y realizar actividades que bajen el nivel de stress,
ya que esto último activa el sistema inmune y genera dermatitis, ronchas, etc.
- No
beber bebidas blancas en exceso, porque destruyen los antioxidantes. Por otra
parte, un poco de vino tinto nunca viene mal, porque es rico en resveratrol
antioxidante.
- Lo
ideal es no exponerse al sol, pero si van a hacerlo, tomar antes un vaso de
jugo de naranja recién exprimido.
¿Tenían en cuenta todos estos puntos?