¿Qué es la glicación y en qué se relaciona con el envejecimiento cutáneo?
5.9.14
Fuente imagen: Pinterest

Por esa razón, un poco menos de azúcar en nuestra vida es una ayuda para la piel y para la salud en general.
La glicación es una palabra que se asocia con el azúcar y no de la mejor manera. ¿Y si les digo que también se asocia al envejecimiento prematuro? Hoy les cuento qué es y por qué se dá.
Uds. se preguntarán ¿qué pasa entre el consumo de azúcar y el envejecimiento de la piel? MUCHO. Resulta que el azúcar en todas sus formas, léase jarabe de maíz, caña de azúcar, glucosa, maltosa, lactosa, dextrosa, jarabe de caña, almidón de maíz, es extremadamente perjudicial para la piel (también lo es para la salud, pero este es un blog de belleza así que hablo de los efectos en la cara, no en la memoria o en el corazón).

Explicándolo sin entrar en tecnicismos, una vez que comemos algo con azúcar (natural o agregado) se convierte en glucosa. Un poco de glucosa está bien y es necesaria en el cuerpo, pero el exceso de esta sustancia genera un proceso llamado glicación, donde las moléculas se adhieren a las fibras de colágeno y las hacen perder fuerza y elasticidad. Esa pérdida de fuerza de las fibras se nota en la piel, volviéndola menos elástica, más sensible al daño solar y generando líneas de expresión y flacidez.
Muchos productos antiage buscan impedir que el colágeno y el azúcar se unan y que luchan específicamente contra la glicación. Pueden buscar productos con la palabra AGE, que quiere decir Advanced Glycation End-products, que frenan el proceso.
Aunque la manera más simple de luchar contra ella es
- Evitando comer dulces en exceso.
- Tratando de comer comida hecha por nosotras (y no tantos paquetitos comprados en kioscos),
- Reemplazando el azúcar común con stevia o azúcar moreno como último recurso.
- Evitando comprar productos con palabras raras terminadas en "osa/ose" en los primeros tres lugares de la lista de ingredientes.
- No comer comidas quemadas.
Los efectos de la glicación en la piel no son tan dramáticos como lo son los del sol o del tabaco, pero son acumulativos y, sin querer, vamos agregando malos hábitos.